NO PODEMOS OLVIDAR EL PASADO PARA CONSEGUIR UN FUTURO

18.04.2011 22:05


Esto es una reflexión que se debe, a que sentado en la estación de autobuses de Granada y observando a las distintas personas, hubo una situación que me llamó la atención entre tanta gente que esperaba sentada igual que yo, que corría para no perder el autobús, que miraban un puesto de artesanía árabe, etc.

 

Éste asombro fue porque dicha situación tiene que ver con el proyecto de investigación que estamos realizando para esta asignatura (Educación para la Igualdad y la Diversidad) sobre “Percepciones en cuanto al concepto Diversidad e Igualdad entre los jóvenes actuales y personas de la 3ª edad”.

Esperando junto al puesto de artesanía árabe, vi como se acercó una mujer mayor a mirar todos esos recuerdos y al cabo de unos minutos se decantó por una pulsera en la que podías escribir tu nombre en idioma árabe o castellano. La dependienta, de origen árabe, le pidió a la señora que escribiera su nombre o apellido en un papel para poder ponerlo en la pulsera. La señora mayor le dijo, entre unas sonrisas de vergüenza, que no, que lo escribiera ella porque no sabía escribir.

La dependienta asombrada cogió el papel y el bolígrafo y le pidió que le dijera su nombre, ésta no entendía muy bien lo que decía, por lo que al final optaron por pedirle ayuda a dos chicas adolescentes, jóvenes, de unos 19 años, que llevaban allí un rato mirando el puesto. Estas chicas no pusieron impedimento en ayudar a la señora mayor y amablemente le escribieron el nombre en el papel y se lo repitieron a la dependienta dos o tres veces para que lo entendiera bien. Una vez hecho esto, la mujer y la dependienta les dieron las gracias a las chicas por su ayuda y éstas por último y con una sonrisa, se marcharon. 

Con esta situación vivida, lo que me vengo a referir es que para hablar de Igualdad y Diversidad, no hace falta leerse muchos libros ni saber de muchas cosas, simplemente con sentarnos, observar y al mismo tiempo preguntarnos, si podemos cambiar la sociedad poco a poco con comportamientos como el de las dos jóvenes, haciendo que personas como la señora mayor no se sienta, por decirlo de alguna manera, inútil o incluso excluida de la sociedad. Y por eso, esta reflexión personal me da que pensar y espero que a vosotros también, que haciendo tan poco, como es ayudar a escribir un nombre en un papel, podemos llegar en un futuro a que los jóvenes y las personas de la 3ª edad no se vean tan separadas entre sí, ni éstas últimas tan “inútiles” como las hacemos ver en muchas ocasiones de nuestras vidas y se sientan más integradas y participes de nuestra sociedad.

Para eso, no debemos pensar que las personas mayores no son interesantes debido a su falta de cultura ya que nos pueden enseñar, entre otras cosas, valores humanos y que el principio de convivencia principalmente es el respeto y la necesidad de interrelación ya que es la base de la Igualdad y la Diversidad.

 

Suárez Montes, José Ricardo